El orgasmo es como la cereza en el pastel cuando se trata de sexo, es un plus, una culminación potencializada del acto sexual que siempre es bien recibida. A diferencia de lo que muchos piensan, el orgasmo NO es la meta definitiva.

Habrá ocasiones en las que se logre maravillosamente y otras, en las que el recorrido, las sensaciones, las caricias y la cercanía con tu pareja, serán más que suficiente para que su encuentro sea perfecto. Chicas, recordemos que en el sexo no hay reglas escritas, cada quien escribe las suyas.

Aún así, no vamos a negar que el orgasmo es una experiencia incomparable y muchas veces hasta indescriptible y que para obtenerlo hace falta poner empeño, concentración y un poco de esfuerzo. Por eso, te compartimos cinco buenos tips para que alcances no uno, sino múltiples orgasmos. ¡Esto te va a gustar!

No dejes que tu pareja irrite tu clítoris

Después de alcanzar el primer orgasmo, lo mejor es alejarse del cítoris y buscar otra zona de estimulación, como lo puede ser la zona G femenina o los senos, ya que en esta etapa del acto sexual, el clítoris se encuentra demasiado sensible y puede resultar doloroso o incomodo si no se deja descansar.

No repitas la estrategia

Si algo te funcionó para alcanzar el primer orgasmo, lo más probable es que no ocurra con la misma intensidad si haces exactamente lo mismo por segunda vez, en cambio, busca otras alternativas, cambia de posición, añade algún otro elemento, de esta forma tu cuerpo no estará “preparado”  para analizar lo que está ocurriendo y por lo tanto las sensaciones serán más potentes.

Enfócate en los besos

El poder del placer oral es una clave importante a la hora de alcanzar orgasmos, tanto para ti como para tu pareja y por ello deben descartarlo si lo que buscan es placer múltiple. Los besos son importantes no solo al inicio del acto sexual sino durante el mismo, a veces nos separamos de la boca de nuestra pareja porque estamos procesando otro tipo de placer y esto podría ser un error porque restas estimulación en lugar de aumentarla.

Lo que recomendamos es que no se limiten con el uso de sus labios, lengua y boca. Busquen sus puntos más sensibles y explótenlos.